Preimpresión
La preimpresión es una fase crucial en el proceso de producción gráfica que prepara todo el contenido antes de su impresión final. Esta etapa implica optimizar tanto los textos como las imágenes para asegurar que cumplan con los requisitos de estilo, tamaño y formato necesarios. Primero, se recolectan y ajustan los textos, asegurándose de que tengan el formato correcto y ocupen el espacio previsto en el diseño. Luego, las imágenes son optimizadas en cuanto a su resolución, formato y contenido, adecuándolas para el uso específico al que están destinadas.
Posteriormente, textos e imágenes se organizan en páginas completas, que a su vez se agrupan en pliegos para facilitar el proceso de impresión. El objetivo es adaptar el contenido de manera que encaje perfectamente en el formato de impresión seleccionado. Finalmente, se producen los fotolitos o planchas impresoras, que contienen la imagen y el texto ensamblados listos para la cuatricromía, proceso que utiliza cuatro tintas para reproducir colores. Entre los métodos de impresión más comunes en la actualidad, el offset es el más utilizado por su calidad y eficiencia.
Esta fase es fundamental porque garantiza que los elementos gráficos y tipográficos se impriman con precisión y sin errores, evitando desperdicios y problemas durante la impresión.
Separación de colores
La separación de colores es un proceso técnico que permite la impresión de imágenes en color mediante la descomposición de estas en sus colores básicos. Aunque las fotografías contienen tonos continuos y transiciones suaves, las impresoras no pueden reproducir estas variaciones de manera directa. Para solucionar esto, se usa la técnica de "trama de medios tonos", que simula las transiciones tonales usando pequeños puntos dispuestos en líneas. El tamaño y la densidad de estos puntos varían para representar tonos claros y oscuros, logrando que el ojo humano perciba una imagen con gradientes suaves, aunque en realidad esté formada por puntos.
Para la impresión en color, se utiliza la cuatricromía, que se basa en los colores sustractivos: cian, magenta, amarillo y negro (CMYK). Estos colores, combinados en distintas proporciones y superpuestos mediante la trama de semitonos, permiten reproducir una amplia gama de colores. Este sistema se fundamenta en la teoría del color, que indica que estos cuatro colores son suficientes para recrear la mayoría de los colores visibles al ojo humano, restando luz sobre un papel blanco.
El proceso de separación de colores implica crear cuatro planchas o películas, una para cada tinta. En la impresión tradicional, se hacía a través de una cámara especial que, usando filtros de color complementarios, generaba imágenes tramadas para cada tinta. La plancha negra se encargaba de las sombras más profundas y el contraste, complementando las otras tintas para lograr una imagen con buena profundidad y detalle.
Este procedimiento es clave para obtener impresiones en color de alta calidad y es la base de la impresión moderna en medios gráficos.
Generación del negro en la cuatricromía
En la impresión en color mediante cuatricromía, se utiliza un soporte blanco que refleja el 100% de la luz, y sobre él se añaden tintas para restar luz y crear la imagen deseada. La superposición de las tramas de semitonos en los tres colores sustractivos (cian, magenta y amarillo) permite reproducir una amplia gama de colores con una fidelidad aceptable. Sin embargo, la generación del color negro requiere un tratamiento especial.
El negro no se obtiene simplemente combinando las tintas cian, magenta y amarillo porque, en la práctica, estas tintas no son puras; su mezcla produce un tono oscuro amarronado que a menudo resulta sucio y poco natural al ojo humano. Para lograr un negro profundo y con fuerza en las sombras, se añade una cuarta tinta negra (denominada “K” en CMYK, donde K significa “key” o clave).
Esta tinta negra cumple dos funciones importantes: primero, garantiza un negro intenso y limpio que mejora la calidad visual de las imágenes, textos y líneas. Segundo, es más económico y práctico usar una tinta negra pura en lugar de combinar las tres tintas para crear negro, ya que la superposición perfecta de tres planchas es costosa y complicada de mantener en registro (alineación).
Por estas razones, la cuatricromía incorpora esta tinta negra adicional, haciendo que el proceso sea más eficiente y el resultado más nítido. El sistema CMYK se basa en estas cuatro tintas: Cian, Magenta, Amarillo y Negro (Key), siendo el negro el color clave para obtener resultados óptimos en impresión tradicional y digital.
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